lunes, 4 de diciembre de 2017

SALMOS III Y V, THOMAS BERNHARD


Compartimos dos poemas del austríaco Thomas Bernhard (1931-1989). Se trata del salmo III y V. Estos poemas hacen parte de Neun Psalmen, que a su vez hace parte de Auf der Erde und in der Hölle (1957). La traducción se hizo a partir de la siguiente edición: Bernhard, Thomas, Gesammelte Gedichte, edición al cuidado de Volker Bohn, Frankfurt, Suhrkamp, 1993. Y la traducción al español la realizó desde El Circo para el mundo,  Alejandro Peña (Yarumal, Antioquia. 1982).


III


Lo que yo hago, es mal hecho,
lo que yo canto, es mal cantado,
por eso Tú tienes derecho
sobre mis manos
y sobre mi voz.
Yo trabajaré según mis fuerzas.
Yo Te prometo la cosecha.
Yo cantaré el canto de los pueblos extintos.
Yo cantaré mi pueblo.
Yo amaré.
¡También al criminal!
Con los criminales y los desamparados 
fundaré una nueva patria.
Sin embargo es, lo que yo hago, mal hecho,
lo que yo canto, mal cantado.
Por eso tú tienes derecho
sobre mis manos
y sobre mi voz.





V

Todos los peces del mar
y todos los niños de la tierra
me dejan reconocer
y probar el olor de la mañana
y el olor de la tarde.
Yo quiero escuchar el lenguaje del pez
y el lenguaje del viento,
que se parece al lenguaje del ángel.
¡Yo quiero escuchar la voz de lo pasajero!
Todas las voces son la voz de lo pasajero.
Todas las voces, que jamás han sido escuchadas.
Todas cantan lo pasajero.
También Tú cantas lo pasajero.


III


Was ich tue, ist schlecht getan,
was ich singe, ist schlecht gesungen,
darum hast Du ein Recht
auf meine Hände
und auf meine Stimme.
Ich werde arbeiten nach meinen Kräften .
Ich verspreche Dir die Ernte.
Ich werde singen den Gesang der untergegangenen Völker.
Ich werde mein Volk singen.
Ich werde lieben.
Auch die Verbrecher!
Mit den Verbrechern und mit den Unbeschützten
werde ich eine neue Heimat gründen —
Trotzdem ist, was ich tue, schlecht getan,
was ich singe, schlecht gesungen.
Darum hast du ein Recht
auf meine Hände
und auf meine Stimme.

V

Alle Fische des Meeres
und alle Kinder der Erde
laß mich erkennen
und den Geruch des Morgens schmecken
und den Geruch des Abends.
Ich will die Sprache der Fische hören
und die Sprache des Windes,
die der Sprache der Engel gleicht.
Ich will die Stimme
der Vergängnis hören!
Alle Stimmen sind die Stimmen der Vergängnis.
Alle Stimmen, die jemals vernommen wurden.
Alle singen Vergängnis.
Auch Du singst Vergängnis. 

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